Revista Sabores, los huertos familiares de mujeres afrobolivianas como resistencia a la pandemia

Asociación Aguayo

Los efectos que vamos viviendo en el mundo entero, definitivamente no son ajenos a nuestro país, lo cual nos obliga a transitar ámbitos de gran vulnerabilidad.

Los cambios climatológicos extremos son más evidentes cada vez: inundaciones intensas, falta de agua y escasez de alimentos son los desastres más tangibles, y es por demás claro que, sin el derecho a la alimentación, la vida no estaría asegurada; una alimentación adecuada depende mucho de la calidad y la cantidad de la misma y, muchas veces, en las ciudades principales es difícil de atender esta necesidad debido a muchas variables, y en las áreas rurales definitivamente el asunto es más precario, ya que los gobiernos municipales y el estado no le han dado toda la atención, siendo que es su responsabilidad primordial respetar, proteger y satisfacer el ejercicio de un
derecho a una alimentación adecuada.

Si bien la topografía del Municipio de Irupana se presenta accidentada, debido a la presencia de nevados como el Illimani y el Mururata (que pasan de 1.600 a 6.000 msnm), no significa que este municipio no cuente con casi todos los espacios ecológicos. La gastronomía en Bolivia, específicamente la denominada “típica”, se afirma cada vez como un patrimonio fundamental para nuestro desarrollo turístico, así que el volver a rescatar y gustar nuestra cocina es un deber, más allá de ser un aporte valioso y toda una experiencia cultural.

La cocina es fundamental para fortalecer la identidad de cada uno de los lugares en los que habitamos; los Yungas, por ejemplo, puede contar con una gastronomía variada por lo que ofrece naturalmente, y que rescate principalmente los alimentos tradicionales.

A través de una iniciativa de las organizaciones sociales del municipio y la Asociación Aguayo, con el apoyo de HIVOS, se llevaron adelante acciones que permitieron presentar nuestras acciones a las autoridades y a la población en general sobre los alimentos.

que estamos consumiendo, siendo que tenemos un municipio rico en producción.
A la vez, también se socializó que se debe ir pensando en un desarrollo gastronómico turístico, lo cual ayudará no solo a incrementar la producción, sino también a recuperar el conocimiento alimenticio del municipio y el apoyo a la incrementación de la producción alimentaria.

El presente trabajo representa principalmente el esfuerzo de las mujeres irupaneñas, que vieron esta iniciativa como una oportunidad para rescatar la historia culinaria de nuestros abuelos, transmitirla a las nuevas generaciones y que las autoridades es tablezcan como una prioridad el rescate de alimentos tradicionales y el apoyo a las productoras.

Los colores y sabores en esta publicación nos invitan, más que todo, a valorar lo que tenemos en cada uno de los municipios de nuestro país.

Dirección: Tania Oroz
Diseño y diagramación: Fernanda Barral.
Artículos: Daniela Troche Guzmán / Fernanda Barral.

Agradecimientos y colaboraciones:
A las mujeres de YABATHAC.

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