Durante varios años, la Asociación Aguayo ha mantenido su compromiso con cada municipio con el que colabora a través del arte, reconociendo que es un derecho al que muchos jóvenes que viven en zonas periurbanas o rurales no tienen acceso. En lugares como Copacabana, Ancoraimes, Coroico y Villamontes, donde la asociación ha trabajado, el constante y comprometido esfuerzo ha permitido que se comprenda la importancia del arte para la transformación de estos municipios.
Texto: Ni collares, ni jaulas ¡Somos libres!
A lo largo de este camino, una de las áreas más importantes ha sido el muralismo. A través de los colores en las paredes, se han reflejado temas importantes y urgentes para el municipio. Como lo expresa la muralista Fernanda Barral, «no tiene mucho sentido pintar flores, plantas y naturaleza en las paredes de Coroico; no necesitan más decoración. Lo que se necesita es, a través de todos esos colores, abordar temas urgentes. Pinto animales, pero no como decoración, sino para expresar los problemas que los jóvenes sienten en su municipio y nos cuentan, como por ejemplo el tráfico de estos animales».
Los murales son visualmente atractivos por sus colores vibrantes, los animales y el tipo de tipografía que añade su compañero Alex Aruquipa, quien diseña toda la parte tipográfica. Pero también lo son por los mensajes y los personajes que se muestran, que son miembros de la misma comunidad. «No podría poner en un mural a alguien que no sea de la comunidad. Si ellos no se pueden ver dentro del mural, entonces nunca sentirán que los representa y siempre les parecerá ajeno».
Actualmente, se han realizado más de 15 murales en el municipio de Coroico en los que han participado jóvenes, adolescentes, niñas y niños de Coroico Art, así como en comunidades, instituciones municipales y lugares importantes como el SLIM, Radio de Coroico y el Museo de Tocaña.